Esta es la undécima conversación del proyecto 100+ Conversaciones para inspirar nuestra nueva dirección (#OKFN100).

Desde 2023, nos estamos reuniendo con más de 100 personas para discutir el futuro del conocimiento abierto, moldeado por un conjunto diverso de visiones de artistas, activistas, académicos, archivistas, pensadores, responsables políticos, científicos de datos, educadores y líderes comunitarios de todas partes.

El equipo de la Open Knowledge Foundation quiere identificar y debatir temas sensibles para nuestro movimiento y utilizar este esfuerzo para dar forma constantemente a nuestras acciones y estrategias empresariales para ofrecer mejor lo que la comunidad espera de nosotros y de nuestra red, una organización pionera que lleva dos décadas definiendo los estándares del movimiento abierto.

Otro objetivo es incluir las perspectivas de personas de diversos orígenes, especialmente las de comunidades marginadas, identidades disidentes y cuya ubicación geográfica esté fuera de las principales potencias financieras del mundo.

¿Cómo puede la apertura acelerar y reforzar las luchas contra los complejos retos de nuestro tiempo? Esta es la pregunta clave que subyace en conversaciones como la que puede leer a continuación.

*

Esta vez hicimos algo diferente, una conversación colectiva. Hace algunas semanas tuvimos la oportunidad de reunir a varios miembros de la Red Open Knowledge para hablar sobre el contexto actual, las oportunidades y los retos del conocimiento abierto en América Latina.

La conversación tuvo lugar en línea en español el 18 de junio de 2024, con la participación de Haydée Svab (Brasil), Fernanda Carles (Paraguay), Omar Luna (El Salvador), Andrés Vázques Flexes y Julieta Millan (Argentina), moderada por Lucas Pretti, Director de Comunicación y Advocacy de OKFN. También se unió a la conversación Sara Petti, Líder de la Red y Gestora de Proyectos en OKFN.

Uno de los contextos importantes de esta conversación es precisamente la incorporación de Julieta Millan como coordinadora regional del Hub América Latina de la Red. Con este contenido pretendemos también facilitar la integración regional y encontrar puntos comunes de colaboración para el trabajo compartido dentro de la Red. Por eso empezamos pidiéndole que se presentara con sus propias palabras. 

Esperamos que disfrute de su lectura.

*

Julieta Millan: Hola, soy Julieta de Argentina. Vivo en La Plata, cerca de Buenos Aires. Soy bióloga y estudié en la Universidad Nacional de La Plata. Estuve haciendo mi doctorado en neurociencia en la UBA en Buenos Aires, pero lo dejé recientemente debido a mi disconformidad con el sistema científico en general.

Me pasé al sector privado, trabajando como data scientist, aplicando conocimientos de mi doctorado. Durante este tiempo, aprendí a programar en Python. Posteriormente, formé parte del proyecto ARPHAI, una iniciativa que surgió a raíz del COVID-19 y que se enfocó en el control epidemiológico, incluyendo enfermedades como el dengue. Trabajamos en modelos matemáticos de epidemias utilizando datos de historias clínicas electrónicas en Argentina. Este proyecto fue mi primer acercamiento a la ciencia de datos y a la ciencia abierta, un campo que me apasiona.

Actualmente, trabajo como data scientist en el sector privado mientras sigo participando en proyectos relacionados con la ciencia abierta. También estoy involucrada en la organización de la csv,conf, donde tuve la oportunidad de conocer a personas inspiradoras en los últimos años en Argentina y en México.

Estoy muy contenta de estar aquí como coordinadora regional. Soy nueva en el entorno de la ciencia abierta (mi experiencia en ARPHAI fue mi primer acercamiento con el conocimiento abierto) y siempre cuesta mucho ingresar a entornos que ya están armados y más a uno que es tan nicho como el de conocimiento abierto. Entonces estoy super agradecida por la oportunidad y tengo un montón de ganas de hacer muchas cosas. Me encantaría escuchar sus ideas y opiniones sobre lo que necesitamos acá en Latinoamérica.

Andrés Vázquez Flexes: Yo tengo una pregunta. Primero, me presento rápidamente. Soy miembro del equipo núcleo de la Open Knowledge Foundation. Soy desarrollador de software con un perfil técnico, aunque en el pasado también he tenido una participación activa en la comunidad de datos abiertos y transparencia, especialmente en Córdoba, Argentina.

Julieta, primero quiero decir que me alegra mucho que tengamos una coordinadora regional para Latinoamérica. Me parece algo que nos faltaba en el pasado y me alegra mucho tenerlo.

Si has tenido tiempo para evaluar, me gustaría saber qué ves hasta ahora. ¿Cuál es nuestra línea base, desde donde partimos en Latinoamérica y hacia dónde crees que vamos? Es una pregunta general, pero creo que es la más pertinente para empezar.

Julieta Millan: Creo que está claro que en Latinoamérica tenemos muchísimas ganas de trabajar y una gran cantidad de conocimiento. Contamos con una educación espectacular, y hay muchas organizaciones que están desarrollando herramientas y material educativo de gran calidad.

Sin embargo, creo que sería muy beneficioso que las distintas organizaciones nos conociéramos mejor entre nosotras. Hay muchas iniciativas individuales que no terminan de conectarse. Mi objetivo actual es conocer la mayor cantidad posible de iniciativas en Latinoamérica que trabajan con conocimiento abierto. Esto es bastante difícil, ya que hay muchas y es complicado encontrarlas a menos que alguien te pase el dato o ya estén en tu red de contactos.

Es fundamental construir vínculos y puentes entre las organizaciones para crear algo consistente que nos sirva a nosotros, más allá de seguir los lineamientos generalmente establecidos por Estados Unidos, Europa y otras regiones.

No sé si esto responde alguna pregunta específica, pero es una idea general que quería compartir.

Sara Petti: Creo que la pregunta de Andrés es muy interesante y puede ser interesante ampliar la pregunta a todas las presentes. ¿Alguien más tiene una idea particular sobre eso?

Fernanda Carles: Voy a dar una respuesta quizás un poco distinta a lo esperado. Trabajé mucho tiempo en el área de datos abiertos, pero ahora mismo soy científica de datos y estoy trabajando en temas ambientales. Estoy colaborando con la Fundación Mozilla en un proyecto para crear un sistema de predicción de la calidad del aire en la ciudad.

Mi trabajo actual consiste en buscar datos relevantes para desarrollar estos sistemas de predicción. He tenido muchos problemas encontrando datos de mediciones en terreno. Escuchamos mucho sobre mediciones satelitales provenientes de tecnologías del norte, pero estas no son suficientes. En Paraguay, y en otros países más pequeños de América Latina, hay muchos vacíos en términos de datos medidos en terreno, que son claves para la predicción y monitoreo de parámetros ambientales. Por ejemplo, datos climáticos y de polución que en otros países de Latinoamérica se pueden encontrar fácilmente, aquí no están disponibles.

Para conseguir los datos que necesito, me apoyo en diversas comunidades, como las de open source que realizan mediciones de calidad del aire, y en algunos actores estatales que tienen ciertos datos y los disponibilizan en tiempo real. Estoy tratando de obtener estos datos de manera gratuita. Creo que en el tema ambiental y en la recolección de datos open source, hay muchos vacíos en América Latina y África, en comparación con otros continentes donde hay mejor calidad de datos y más iniciativas estatales. Esto es especialmente preocupante, ya que nuestras regiones tienen las proyecciones de impacto más altas debido al cambio climático.

Me encantaría seguir conversando con personas de la región para ver cómo podemos llenar estos vacíos. Tanto desde el open source como desde iniciativas de advocacy, es importante impulsar que estas iniciativas también vengan desde el lado estatal.

Julieta, me gustaría saber tu opinión desde Argentina, considerando tu experiencia en biología y ciencias. ¿Cómo ves la disponibilidad de datos en la región?

Julieta Millan: ¿Con respecto al sistema científico, particularmente, o en general? 

Fernanda Carles: Creo que en general. Bueno, a mí en particular, me interesa también mucho el tema de sensores, mediciones de temas ambientales, etc.

Julieta Millan: Lo que puedo responder desde mi punto de vista particular, basado en mi experiencia, es que en general en el sistema científico aquí en Argentina, y en gran parte de Latinoamérica, la ciencia abierta no está realmente presente. Muchas personas que hacen ciencia que no entienden cómo funciona ni para qué sirve. La idea de publicar tus datos les parece absurda. Piensan: “¿Cómo vas a facilitarle a otros tus datos? ¿Qué pasa si me roban las ideas? ¿Qué pasa si encuentran un error en mi trabajo?”

Este es un gran problema dentro del sistema científico, el típico problema de la falta de reproducibilidad. Es terriblemente difícil encontrar datos. Muchas veces se dice que los datos están disponibles bajo petición, pero luego nunca lo están.

Aunque hay iniciativas de ciencia abierta en Latinoamérica, lo que yo veo es que, en general, no es algo común o accesible. La accesibilidad es muy baja. Me gustaría saber si alguien más ha visto algo distinto.

Fernanda Carles: Creo que es muy interesante conversar sobre estos temas porque tienen un aspecto filosófico relacionado con qué valoran nuestras instituciones educativas. Trabajo con datos y mi principal fuente de información es el sector académico. Tengo muchos problemas porque hay mucha resistencia a compartir los datos al público general.

Esto realmente dificulta mucho procesos de colaboración y crecimiento que podrían ser muy interesantes. Es una gran diferencia con cómo se hacen las cosas en otros lugares.

Haydée Svab: Yo tenía una cosa que comentar, pero ahora tengo cinco (risas). Bueno, voy a presentarme primero. Soy directora de Open Knowledge Brasil. Soy ingeniera civil y mi maestría fue en ingeniería y planificación de transportes. Durante mi graduación me acerqué al movimiento de software libre y durante mi maestría al movimiento de datos abiertos y ciencia de datos.

Mi trabajo de maestría se centró en la intersección de transporte y género, analizando patrones de movilidad desde una perspectiva de género. Encontré muchos vacíos de datos. En Brasil, más del 50% de la población no es blanca, pero ninguna encuesta  origen-destino recoge esta información. Por lo tanto, los análisis desde la perspectiva racial, así como de género, quedan muy limitados.

Estoy de acuerdo con Fernanda en que tenemos muchos retos. Cuando doy clases o hablo sobre datos, siempre menciono que tenemos Big Data sobre los mismos datos. Hay muchos vacíos de datos y falta de métodos de recolección que garanticen la responsabilidad y la calidad.

En Brasil, identifico tres grandes retos que nos atraviesan cotidianamente.

Lo primero es la preservación de la privacidad. Existe una falacia que dice que respetar la privacidad de los datos implica cerrar todos los datos abiertos. Actualmente, la privacidad de datos personales se usa como excusa para no publicar datos abiertos de interés público. Estamos en un momento en el que es crucial abrir datos para promover la transparencia, integridad y control social. Participamos en grupos de trabajo con el gobierno para lograr esto.

Lo segundo es la inteligencia artificial. Este es un tema muy presente y preocupante. El gobierno brasileño ha presentado un proyecto de ley sobre el uso de inteligencia artificial, incluyendo reconocimiento facial para seguridad pública. Esto nos preocupa mucho, especialmente en un país con muchos presos sin condena definitiva. Estamos trabajando para eliminar estas disposiciones peligrosas del proyecto de ley.

Y lo tercero es el cambio climático. Los problemas climáticos son graves en Brasil. Hemos tenido hace poco desastres por lluvias en el sur del país. Este fin de semana, lanzamos el Índice de Datos Abiertos de Ciudades, adaptado a nivel local. No pudimos hacerlo presencialmente en Porto Alegre debido a las condiciones climáticas extremas. Muchas personas no pudieron participar en la edición en línea porque no tenían electricidad o internet. Es crucial reconocer el problema de las crisis climáticas y actuar.

Estos son tres temas clave en los que estamos trabajando. Creo que aquí podemos intercambiar ideas y armar proyectos conjuntos, especialmente en cuestiones climáticas que son claramente transnacionales.

Perdón por extenderme, pero estos temas son muy importantes.

Julieta Millan: Entiendo todo perfectamente. Estoy completamente de acuerdo con los temas, especialmente en nuestro contexto con tantas poblaciones vulnerables. Hacer foco en cualquier problema de cambio climático y también hacer entender a la población y a quienes investigan por qué es tan importante compartir datos es clave.

¿Alguien más quiere continuar o aún no ha hablado?

Omar Luna: Un placer conocerles a todas y todos. Actualmente estoy en SocialTIC, llevo la comunicaciones del proyecto Escuela de Datos en Latam y estamos en un proceso de reflexión para construir colectivamente la escuela que todos deseamos.

Desde la pregunta base generada por Andrés, me vienen a la mente cuatro puntos clave. El año pasado, en AbreLatam en Uruguay, Natalia Carfi de Open Data Charter mencionó que en estos 10 años de agenda de datos abiertos, cada agenda tiene su propio ritmo y movimiento. Por ejemplo, el movimiento feminista ha impulsado fuertemente la visibilización de datos abiertos, al igual que la comunidad de datos climáticos que ha destacado la necesidad en ese campo.

Además, temas emergentes como los sistemas de cuidados y la economía del cuidado están cobrando relevancia y requieren más atención y apoyo interinstitucional. Por otro lado, enfrentamos desafíos como la ciencia abierta y el gobierno abierto, donde algunas áreas aún no entienden completamente su importancia o enfrentan restricciones de acceso por razones de seguridad nacional o privacidad. Eso es algo que comentaba Patricio Del Boca en la csv,conf,v8, cuando habló de “transiciones desordenadas” de gobierno. Pasamos de una construcción de ecosistema para la restricción de datos y opacidad.

En tercer lugar, está el tema creciente de la inteligencia artificial y su aplicación en datos abiertos, lo cual plantea preguntas sobre la transparencia y el sesgo machista, binario y completamente carente de interseccionalidad de estos modelos en contextos latinoamericanos.

Finalmente, hemos visto una evolución en las necesidades de la comunidad hacia datos más específicos y complejos, como los relacionados con el cambio climático, que requieren métodos de recolección de datos adaptados a condiciones cambiantes.

En resumen, el reto para la Escuela de Datos no solo es abordar estos temas actuales, sino también acompañar y atraer a nuevas generaciones que consumen información de manera diferente y demandan agendas más dinámicas y adaptables a los desafíos regionales y globales.

Julieta Millan: Gracias por la conversación, y de hecho, me interesaba comentar sobre la Escuela de Datos. En nuestras conversaciones recientes, especialmente en el ejercicio que estamos realizando con el formulario para quienes trabajan en datos abiertos e investigación en América Latina, hemos identificado tres desafíos recurrentes: el desconocimiento general sobre datos abiertos, que lleva a una falta de interés y, consecuentemente, a una baja participación. Esto, a su vez, afecta la capacidad de obtener financiamiento, formando un ciclo vicioso que dificulta el alcance y la difusión de la información generada. Si nadie presta atención, si nadie usa lo que nosotros generamos, no vamos a tener el financiamiento.

Mencionaste la importancia de los nuevos formatos para compartir información. Aunque no soy comunicadora, creo que es esencial considerar cómo adaptarnos a estos cambios para mejorar el alcance y la relevancia de nuestros mensajes.

Lucas Pretti: Estoy tratando de encontrar una visión panorámica común, pero es difícil. Quisiera comentar dos puntos que me están resonando al escucharlos. Primero, está la cuestión intergeneracional. Creo que nuestra generación experimentó los valores democráticos de un internet que no estaba corporativizado ni vigilado masivamente. Hace dos décadas, había otras posibilidades. Hoy en día, esa discusión parece menos relevante para la juventud.

Entonces, la pregunta es si hay un desafío generacional aquí. ¿Somos los más mayores de la sala en este sentido?

Fernanda Carles: Tengo un comentario sobre eso. Para mí, creo que no necesariamente es un problema generacional. En mi área, veo que el desconocimiento abarca diferentes aspectos, como modelos de negocio. Por ejemplo, en mi búsqueda de datos para validar ciertas cosas, encontré en Paraguay tres tipos de iniciativas que monitorean el tipo de datos que necesito.

Primero están las iniciativas estatales, que tienen su forma de trabajar. Luego están las privadas, donde muchas personas compran sensores, los instalan en la ciudad y venden esos datos. Y finalmente están las iniciativas de código abierto (open source). Trabajo especialmente con una de estas iniciativas que surgió como respuesta directa a los servicios privados que venden datos ambientales y considera inmoral su modelo de negocio.

Creo que el problema principal es el desconocimiento. Hay muchas posibilidades con los datos, y la privatización es como el modelo reinante y que la mayoría de la gente conoce. O sea, vender los datos para ganar algún tipo de profit. Pero existen otros modelos. Creo que es un tema de desconocimiento más que nada, no sé si es tanto generacional.

Es un tema interesante para convencer a ciertos actores que abrir los datos puede ser beneficioso, incluso en términos económicos, que, bueno, seamos honestos, es lo que realmente mueve las cosas en nuestro mundo.

Lucas Pretti: Está bien que hayas mencionado eso porque mi segundo punto era precisamente la dependencia del Estado. Quizás esta es una visión brasileña y no ocurre de la misma manera en otros lugares. Por eso traigo a colación la dependencia de quien está en el gobierno, ya sea a nivel nacional o provincial; todo cambia en términos de financiación y políticas especiales, especialmente con la polarización política.

Tenemos una especie de oscilación en este sentido. No es simplemente tener o no dinero, sino más bien tener más o menos según quién esté en el poder. Quería poner esto sobre la mesa: ¿hasta qué punto seguimos dependiendo del financiamiento estatal? No veo muchas fundaciones o filántropos en América Latina como se ve, por ejemplo, en Europa o Estados Unidos, donde hay una mayor financiación de proyectos a gran escala.

No estoy hablando solo de pequeñas subvenciones y donaciones, sino de financiamiento significativo. En América Latina, la situación es más orientada hacia el Estado, y me parece importante discutir también este tema de la financiación.

Haydée Svab: Quiero comentar sobre el punto anterior, sobre las generaciones. Siento que hay una capa generacional en cómo se abordan los temas. Lo que nos movía antes era la apertura de datos, la transparencia pública, etc. No creo que esa narrativa mueva a las generaciones más nuevas de la misma manera.

Pero sí la inteligencia artificial apela a niños y adolescentes de 18, 20 años. Ellos quieren abordar, estudiar y discutir por ejemplo la transparencia algorítmica. Esta demanda por conocer los datos que entrenan los algoritmos es la vía que tengo utilizado para hablar de la importancia de los datos abiertos como insumo para la sociedad.

Es necesario cambiar la narrativa que usábamos antes. Las nuevas generaciones no parecen preocuparse tanto por la privacidad como nosotras. En debates que he participado, parece que la privacidad es un “tema envejecido”, para ellos es casi un hecho que no tendrán privacidad. Sin embargo, si hablamos de la influencia algorítmica en la vida diaria, como los sistemas de recomendación o el reconocimiento facial que afecta por ejemplo a jóvenes negros, entonces estamos tocando temas que realmente les importan.

Julieta Millan: Creo que tienes razón. Simplemente nunca tuve una conversación con alguien más joven que me diga si le importa la privacidad. Tienen claro que sus datos ya están en internet y que los tienen todo el mundo. No existe para ellos tal cosa como la privacidad, es muy real y muy chocante. En ese sentido, crecimos muy distinto como generación, interpelados de otra manera por la tecnología. Nunca lo había pensado así. Gracias, está muy buena la data.

Fernanda Carles: Es interesante cómo existe un desconocimiento del cuerpo digital como parte de uno mismo, y cómo nos rendimos ante la realidad de que todos nuestros datos están ahí fuera. Y al mismo tiempo, no abogamos por la apertura de datos que podrían ser de ayuda para generar soluciones y visibilizar problemas de nuestra sociedad.

Recientemente, conversaba con unos amigos sobre cómo pensamos respecto a temas de datos de manera diferente desde la individualidad o desde la colectividad. Estas conversaciones y el activismo en este campo son muy interesantes y podrían ayudar mucho a nuestra área a trabajar de manera más ágil.

Me pregunto, Julieta, si has visto trabajos o ideas interesantes en el área de educación sobre estos temas. ¿Qué planes tienen y en qué podemos colaborar?

Julieta Millan: A ver. ¿Planes? No sé… 

Lucas Pretti: Aprovechemos que está la Escuela de Datos en la sala. (risas)

Julieta Millan: Sí, exacto (risas). Ellos nos pueden contar. Lo que pasa es que cualquier dato que recopilemos tendrá el sesgo de provenir de gente que ya entiende y conoce los datos abiertos. Las personas que aún no saben sobre esto no estarán en nuestro entorno ni responderán nuestras preguntas, porque simplemente no están aquí.

Es crucial llegar a este grupo y sembrar una semilla de conocimiento sobre datos abiertos, mostrando sus beneficios. Es importante alcanzar a aquellos que aún no forman parte de este nicho.

Andrés Vázquez Flexes: Me gustaría sumarme e invitarlos a buscar formas de llegar a los lugares donde están los jóvenes. He dado charlas en escuelas secundarias sobre datos abiertos y creo que educar a los jóvenes en este tema es crucial. No como una idea abstracta, sino algo concreto.

Hace unos años, mi hijo, en una pelea con la escuela por aires acondicionados, pidió ver el presupuesto de la escuela. La directora me llamó y tuve que explicarle sobre datos abiertos. Este es un buen ejemplo de cómo los jóvenes pueden entender y utilizar esta información.

En otra escuela, los estudiantes del último año juntaron dinero, buscaron precios y licitaron proveedores para hacer una campaña de fin de curso. Este es un ejercicio de participación y transparencia.

Los funcionarios de aquí a 10 años son jóvenes que hoy no han oído hablar de datos abiertos ni participación. Aunque no lo resolvamos hoy, creo que hay oportunidades para conversar con los jóvenes y educarlos.

Una frase de un amigo me encanta, que dice cuando consigue datos que no están abiertos mediante técnicas de scrapping u otras cosas: “Los datos ya estaban abiertos, yo solamente les di más fuerza”. Tengo un amigo con un emprendimiento de datos climáticos que, hace cinco años, comenzó recopilando datos mediante técnicas de scrapping. Consiguió muchos datos que no estaban publicados en un portal o un csv bonito. Hay técnicas que nuestro activismo puede ayudar a conseguir datos sin hacer nada fuera de las normas y publicarlos nosotros activamente de manera accesible.

Fernanda Carles: Me encanta. Gracias, Andrés, por su comentario. Después te escribo para conocer un poco las técnicas de su amigo.

Omar Luna: Desde Escuela de Datos queremos ofrecerles espacios para divulgar y socializar conocimientos sobre datos abiertos en Latinoamérica. Tenemos espacios abiertos para contribuciones, como tutoriales, advocacy sobre herramientas o iniciativas que deseen compartir con la comunidad. Nos basamos en el conocimiento abierto.

Si tienen experiencias, reflexiones sobre ciencia abierta, desafíos o posibilidades de la data climática, como la experiencia de Andrés con su amigo del emprendimiento, también nos interesa. Tenemos una sección de sistematización de experiencias en escueladedatos.online, donde documentamos casos exitosos en el uso de datos abiertos en áreas como datos electorales, climáticos y diversidad.

Estamos abiertos a co-crear y formular espacios de aprendizaje colaborativo. Queremos expandir este conocimiento no solo en la comunidad actual que está sólida y madurada, sino también para las futuras generaciones.

Gracias por el espacio a todos, todas y todes. Seguimos en contacto.

Julieta Millan: Sí, muchísimas gracias a todas por haber participado y haber dado su tiempo. Está buenísimo que tengamos esas conversaciones. Espero que sigan pasando.

Haydée Svab: Muchas gracias. Estoy muy feliz de tener un liderazgo en América Latina. Omar, también estamos acá con la Escola de Dados brasileña. Podemos intercambiar cromos, hacer cursos bilingües, intercambiar herramientas y todo más.
Julieta Millan: Seguramente voy a estar en contacto con ustedes pronto. Son buenos ejemplos en Latinoamérica de cosas que funcionan realmente bien. ¡Muchas gracias!